La obra de Pablo Castañeda combina la figuración, en la que se intuye la influencia de su formación en Sevilla, con un enfoque experimental de los procesos y materiales pictóricos, desarrollado durante su etapa londinense. Su práctica gira en torno a las intersecciones y divergencias existentes entre la imagen pictórica y el entorno digital, aunque podrían diferenciarse dos líneas productivas que parten de esta premisa.